Opinión / Así las cosas

¿Y los amigos que?

Soundtrack para esta columna: “don’t speak” de No Doubt.

“I really feel that I'm losin' my best friend

I can't believe this could be the end

It looks as though you're lettin' go

And if it's real, well, I don't want to know”

 

Cuando finalizas una relación de pareja se acaban muchas cosas: Rutinas, costumbres, manías, acuerdos, la idea de un futuro junto con la persona con la que estas terminando, entre muchas otras cosas. Uno de los efectos colaterales de concluir una relación, especialmente si estamos hablando de una relación larga es que muchas veces las conexiones alternas que formaste con esa persona (amigos, conocidos, familia política) también se modifican drásticamente o terminan.

Es curioso porque no solamente estas lidiando en medio de todo esto con tus propios sentimientos, los de tu ex pareja y los de tus hijos (si los hay) sino que encima de todo te das cuenta que los demás también tienen una opinión al respecto de todo lo que está pasando, que quieren hablar contigo sobre ello (o no hablar nunca más, ni verte) y que están viviendo su propio duelo. Esto es algo difícil de manejar porque no solamente estas con la tarea de superar tu propio reto sino que encima viene la cruda realidad de darte cuenta que personas con las que esperabas contar para superar todo esto ya no están ahí.  

Además, súmale que cada quien habla por cómo le fue en la feria, que todas las opiniones personales son subjetivas, que pasan a través del filtro de los prejuicios, miedos, experiencias, creencias, valores, antivalores y un largo etcétera de la persona que está emitiendo su opinión. Es sumamente doloroso en ocasiones enfrentarte con que aquella amiga con la que esperabas contar no está “de tu lado”, con que te juzga duramente, con que no te comprende. También están aquellos que salen despavoridos ante la situación porque no pueden manejar el hecho de que tu hayas terminado una relación que ellos no veían tan mal, porque lo tuyo no estaba tan jodido como lo de ellos (me han contado) y no pueden entender por qué lo hiciste ni por qué ellos siguen ahí.

Luego, está el asunto de que hay quien “toma partido” o tu pareja espera que ciertas amistades estén de “su lado” y entonces comienza la repartición, similar a cuando te estas repartiendo la sala o el comedor.

Pocas cosas tan tristes como el silencio ante toda la situación o la indiferencia de personas que esperabas te dieran al menos una llamada para preguntarte como estas. El problema, son las expectativas. Uno casi siempre espera algo de los demás, es inevitable, en mi caso soy una mujer que da mucho, en todo los aspectos. Cuando recibo poco (o nada) a cambio tomo cartas en el asunto. A veces las consecuencias tardan en llegar porque me cuesta dejar ir, pero tarde o temprano llegan y en este cierre de ciclo me toca soltar a varias amistades y personas que en su momento fueron importantes para mí pero que ya no me pueden seguir acompañando en mi camino. Creo que es lo mejor para todos.

 

Y así las cosas.

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