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Entre lágrimas, Dani Alves narra: Perreamos, ella me tocó y no tuve que insistir

Por: Administración
2024-02-07 20:14:20
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PROCESO. El exfutbolista del Barça y Pumas, Dani Alves, negó que agrediera sexualmente a la joven de 23 años en el baño del apartado VIP de la discoteca Sutton, de Barcelona, el 30 de diciembre de 2022, y aseguró que fueron relaciones consentidas.

La denunciante “no me dijo nada, si hubiera querido salir, podría haberlo hecho. No soy un hombre violento. No me dijo nada”, declaró en la tercera jornada del juicio en el que la fiscalía pide nueve años de prisión y la parte acusadora 12.

Al contestar solo a las preguntas de su abogada Inés Guardiola, Alves rompió a llorar cuando le preguntó sobre cómo conoció la denuncia por agresión sexual, a lo que contestó que por una noticia en la prensa. Entre lágrimas dijo, “me mandaron un comunicado que me estaban acusando”, e insistió que no es un hombre violento.

Relató que cuando pagó los 150 mil euros de indemnización (que avanzó al tribunal), estaba “arruinado”. En ese momento, explicó, le habían cancelado los contratos de patrocinio y lo habían echado del club Pumas de México, donde estaba jugando en aquel momento. “Me quedaron solo 50 mil euros”, apuntó.

En su relato ante la Audiencia de Barcelona, el futbolista dijo que cuando llegaron las tres jóvenes a la zona VIP para tomar algo con él y con su amigo Bruno, empezaron a bailar, y que en ningún momento se veían incómodas. “Creo que las chicas sabían que era Dani Alves”, aseguró.

“Estábamos cercanos y empezó ella a acercarse, a acercar sus partes con la mía, empezamos a perrear, empezamos a intimar. Ella puso la mano y empezó a tocar mis partes”, señaló.

Aseguró que cuando la joven lo tocó, “pensé que había atracción sexual y (le) hablé para que fuéramos al baño, ella me dijo que sí, no tuve que insistir”.

Delante del tribunal, el futbolista describió que la joven le hizo una felación y luego hubo penetración vaginal. Agregó: “no la abofetee, no la agarré del pelo y la tiré al suelo”.

Aseguró que cuando salió del baño no volvió a ver a la joven y se marchó de la discoteca, porque estaba muy ebrio y no podía conducir. Explicó que fue su amigo Bruno quien lo llevó a la vivienda donde vivía con su pareja.

Según Alves, las diferentes versiones que ha dado –hasta cinco—a lo largo de la instrucción del caso, se debió a que no explicó toda la historia para evitar problemas con su pareja, Joana Sanz.

Expertas: Alves “sabía lo que hacía”

Las dos psicólogas designadas por la defensa del futbolista Dani Alves, para acreditar que iba ebrio la noche que presuntamente abusó sexualmente de la joven de 23 años que le denunció, han chocado con la estrategia de la abogada del astro, al señalar que éste “distinguía el bien y el mal y sabía lo que estaba sucediendo”.

Al comparecer, señalaron que en su informe, el procesado tenía las “capacidades cognitivas levemente afectadas, sabía lo que estaba bien y mal, sabía lo que estaba sucediendo y lo que hacía”. Las dos psicólogas fueron contratadas por la defensa de Alves para valorar su estado, al visitarlo el 22 de enero de 2023, cuando había sido detenido y se encontraba en prisión preventiva.

Esto desmontó en parte la estrategia de la defensa de Alves, que buscaba atenuar una sentencia con el argumento de que estaba ebrio.

En la sesión de este miércoles también testificaron otros peritos de la defensa que, sin ofrecer base científica, pusieron en duda el origen de las lesiones que presentaba la joven y su relato. “No coincide el relato de la denunciante con e examen objetivo que realizó el médico forense. Me hace pensar que el coito no fue tan traumático”.

Médicos que atendieron a la víctima aclararon que es “frecuente ver agresiones sexuales en las que no aparece ninguna lesión”, y explicaron que hay estudios que concluyen que hasta el 80% de las personas agredidas sexualmente no presentan marcas vaginales, y se trataba de relaciones que no habían sido consentidas.

En la etapa de las conclusiones, la fiscal afirmó que “es terriblemente injusto culpar a la víctima esa situación por haber entrado voluntariamente en ese baño porque ella no buscaba eso. Que una mujer acepte una copa o acepte ir a un reservado, no implica que quiera tener una relación sexual. No luchó, es cierto, pero eso no implica consentimiento. Hay dos reacciones, luchar o quedarse congelada, que es lo que pasó”.

Y concluyó: “Es complicado confundir el consentimiento si tienes que coger a la chica por la barbilla y darle golpes para tener sexo con ella”.


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