EL UNIVERSAL. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu interrumpirá su viaje a Estados Unidos y regresará a Israel inmediatamente, anunció el viernes su despacho.
El comunicado se publicó poco después de un enorme bombardeo israelí contra el cuartel de Hezbolá en Beirut.
Netanyahu, quien estaba en Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas, iba a quedarse en Estados Unidos hasta el sábado en la noche, cuando concluye el Shabat judío. Los políticos israelíes usualmente no viajan en Shabat a menos que sea algo excepcionalmente importante.
Poco antes, el ejército israelí dijo el viernes que realizó un “ataque preciso” contra el cuartel general de Hezbolá en Beirut, donde la explosión lanzó al cielo enormes nubes de humo naranja y negro.
La fuerte explosión fue tan poderosa que rompió ventanas y sacudió viviendas a unos 30 kilómetros al norte de Beirut. Pudieron verse ambulancias con las sirenas encendidas dirigiéndose al lugar.
El vocero del ejército israelí, Daniel Hagari, hizo el anuncio poco después de que Netanyahu hablara ante la Asamblea General de la ONU.
El ataque surgió una hora después de que miles de personas asistieron al funeral de un comandante de Hezbolá que fue muerto el día anterior.
Tres canales de la televisión israelí reportaron que el objetivo del bombardeo era el líder de Hezbolá, Hasán Nasrala. Pero los reportes no llevaban fuente y no pudieron ser confirmados por The Associated Press, y el ejército se negó a formular comentarios. Pero dada la magnitud y el momento del estallido, hay razones para pensar que el objetivo del bombardeo era alguien importante.
Más temprano, un ataque israelí provocó la muerte de una familia de nueve personas en un poblado fronterizo libanés, señalaron las autoridades, mientras Líbano lidiaba con un creciente número de víctimas, una oleada de decenas de miles de personas que abandonan sus viviendas y la posibilidad de una guerra total entre Israel y Hezbolá.
Mientras ambos bandos seguían intercambiando fuego, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, hablaba ante líderes mundiales en la ONU, comprometiéndose a “seguir degradando a Hezbolá” hasta que Israel consiga sus objetivos en la frontera con Líbano, reduciendo aún más las esperanzas de un cese al fuego respaldado internacionalmente.
Israel intensificó notablemente sus ataques aéreos contra Líbano esta semana, diciendo que está decidido a dar fin a 11 meses de fuego de Hezbolá hacia su territorio. Aún no se conoce el alcance de la operación israelí, pero las autoridades han dicho que existe la posibilidad de realizar una invasión por tierra para alejar al grupo de la frontera. Israel ha trasladado al lugar a miles de soldados como preparación.
Esto ha hecho que los libaneses teman una repetición de la última guerra entre Israel y Hezbolá, ocurrida en 2006 y la cual duró un mes y provocó una gran destrucción en varias partes del país. O peor aún, temen que Líbano pueda sufrir una devastación de la magnitud provocada en Gaza por la campaña israelí contra Hamas, que ya ha durado casi un año.
Al menos 25 personas murieron en los ataques israelíes realizados la mañana del viernes, dijo el ministro de Salud, Firass Abiad, lo que eleva a más de 720 el número de víctimas esta semana en Líbano. Afirmó que entre los muertos hay docenas de mujeres y niños.
El ejército israelí dijo que el viernes llevó a cabo decenas de ataques en el transcurso de dos horas alrededor del sur, incluso en las ciudades de Sidón y Nabatiyeh. Afirmó que sus objetivos eran lanzacohetes e infraestructura de Hezbolá. Indicó que el brazo armado del grupo disparó una andanada de cohetes hacia la ciudad de Tiberiades, en el norte de Israel.