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Trump promete imponer aranceles a México, Canadá y China

Por: Administración
2024-11-27 23:49:04
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THE NEW YORK TIMES. El presidente electo Donald Trump dijo el lunes que impondría aranceles a todos los productos procedentes de Canadá, México y China que entraran en Estados Unidos en su primer día de mandato, una medida que perturbaría las cadenas de suministro mundiales e impondría elevados costos a las empresas que dependen de hacer negocios con algunas de las mayores economías del mundo.

En una publicación en Truth Social, Trump mencionó una caravana de migrantes que se dirigía a Estados Unidos desde México, y dijo que utilizaría una orden ejecutiva para imponer un arancel del 25 por ciento a los productos procedentes de Canadá y México hasta que las drogas y los migrantes dejaran de entrar por la frontera.

“¡Este arancel permanecerá en vigor hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los inmigrantes ilegales pongan fin a esta invasión de nuestro país!”, escribió el presidente electo.

“Tanto México como Canadá tienen el derecho y el poder absolutos para resolver fácilmente este problema latente hace mucho”, añadió. “Por la presente exigimos que utilicen este poder y, hasta que lo hagan, ¡es hora de que paguen un precio muy alto!”.

En un mensaje aparte, Trump también amenazó con imponer un arancel adicional del 10 por ciento a todos los productos procedentes de China, afirmando que este país estaba enviando drogas ilegales a Estados Unidos.

“Representantes de China me dijeron que impondrían su pena máxima, la de muerte, a cualquier narcotraficante que fuera sorprendido haciendo esto pero, desafortunadamente, nunca lo hicieron”, dijo.

En conjunto, las amenazas arancelarias constituyeron un dramático ultimátum contra los tres mayores socios comerciales de Estados Unidos, y una medida que amenaza con sembrar el caos en las relaciones diplomáticas y económicas de Estados Unidos incluso antes de que Trump ponga un pie en la Casa Blanca.

La noticia de los aranceles hizo saltar inmediatamente las alarmas en las tres naciones, con las monedas de Canadá y México deslizándose frente al dólar y un portavoz de la embajada china en Washington advirtiendo de que “nadie ganará una guerra comercial”.

Los aranceles también tendrían graves repercusiones para las industrias estadounidenses, incluidos los fabricantes de automóviles, los agricultores y los envasadores de alimentos, que se dedican a enviar piezas, materiales y productos acabados a través de las fronteras de Estados Unidos. México, China y Canadá representan en conjunto más de un tercio de los bienes y servicios importados y exportados por Estados Unidos, y sustentan decenas de millones de puestos de trabajo estadounidenses.

Los tres países juntos compraron más de 1 billón de dólares de exportaciones estadounidenses y proporcionaron casi 1,5 billones de dólares de bienes y servicios a Estados Unidos en 2023.

Los costos podrían ser especialmente elevados para las industrias que dependen del estrechamente integrado mercado norteamericano, unido por un acuerdo de libre comercio desde hace más de tres décadas. Añadir un 25 por ciento al precio de los productos importados podría hacer que muchos fueran demasiado costosos, lo que podría paralizar el comercio en todo el continente. También podría provocar represalias de otros gobiernos, que podrían imponer sus propios gravámenes a las exportaciones estadounidenses.

Esto, a su vez, podría provocar un aumento de los precios y escasez para los consumidores en Estados Unidos y en otros países, además de quiebras y pérdidas de puestos de trabajo. Trump ha insistido en que las empresas extranjeras pagan los aranceles, pero en realidad los paga la empresa que importa los productos, y en muchos casos repercuten en los consumidores estadounidenses.

Imponer aranceles a Canadá y México también violaría los términos del acuerdo comercial norteamericano que el propio Trump firmó en 2020, llamado Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá. Ello podría exponer a Estados Unidos a impugnaciones legales y amenazar potencialmente el acuerdo en sí mismo y las condiciones comerciales que establece para América del Norte.

Aunque Trump no invitó explícitamente a negociar a Canadá, México o China, tiene un historial de utilizar los aranceles como palanca en las negociaciones. Esto puede suscitar dudas sobre si sus anuncios del lunes por la noche fueron simplemente una oferta inicial en lo que podría ser una negociación ampliada.

El presidente electo y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, hablaron unas dos horas después del anuncio del presidente electo, por iniciativa de Trudeau, dijo un funcionario canadiense con conocimiento de la llamada, quien no estaba autorizado a informar a la prensa y solicitó el anonimato para hablar del intercambio. La conversación, dijo el funcionario, fue constructiva y se centró en el comercio y la seguridad en la frontera.

Aun así, si Trump sigue adelante con sus planes de imponer aranceles en su primer día, eso puede dejar poco tiempo para las negociaciones necesarias para retrasar o desactivarlos.

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Flavio Volpe, presidente de la Asociación de Fabricantes de Piezas de Automóviles, un grupo industrial canadiense, dijo que creía que el anuncio de Trump era solo la salva inicial de lo que sería una negociación que, en última instancia, trataría sobre aliados en una lucha contra China.

“¿Cómo compites con China si pones precios prohibitivos al aluminio de Quebec, a los automóviles de Ontario, al uranio de Saskatchewan y al petróleo de Alberta?”, dijo, citando algunas de las principales exportaciones canadienses a Estados Unidos.

“La mitad de los coches fabricados en Canadá los fabrican empresas estadounidenses, y la mitad de las piezas que entran en todos los coches fabricados en Canadá proceden de proveedores estadounidenses, y más de la mitad de las materias primas proceden de fuentes estadounidenses”, añadió Volpe. “Somos más que socios. Somos casi tan inseparables como una familia”.

Pero otros expertos en comercio dijeron que una tendencia cada vez mayor hacia el proteccionismo sugería que los aranceles podrían materializarse realmente. “La creciente especificidad de las amenazas arancelarias de Trump, tanto en lo que se refiere a las cantidades como a los países a los que van dirigidas, indica la fuerte posibilidad de que se trate de acciones inminentes y no solo de amenazas rimbombantes”, dijo Eswar Prasad, profesor de política comercial en la Universidad de Cornell.

Funcionarios canadienses y chinos defendieron el lunes por la noche sus esfuerzos en la lucha contra el fentanilo e hicieron hincapié en los beneficios mutuos del comercio con Estados Unidos.

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En una declaración, el gobierno canadiense trató de centrarse en los profundos e inextricables lazos entre ambas economías.

“Canadá es esencial para el suministro energético nacional de Estados Unidos, y el año pasado el 60 por ciento de las importaciones estadounidenses de petróleo crudo tuvieron su origen en Canadá”, decía la declaración, emitida por Trudeau; la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland; y el ministro de Seguridad Pública, Dominic LeBlanc. Y añadía: “Por supuesto, seguiremos discutiendo estas cuestiones con el gobierno entrante”.

Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington, dijo que “la idea de que China permita de manera deliberada la entrada de precursores de fentanilo en Estados Unidos es totalmente contraria a los hechos y a la realidad”.

“China cree que la cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos es mutuamente beneficiosa”, añadió.

Las autoridades mexicanas no reaccionaron inmediatamente, pero lo más probable es que el anuncio no los haya sorprendido tras las repetidas amenazas de Trump de imponer aranceles de este tipo. En los últimos días de su campaña, Trump amenazó con imponer aranceles de hasta el 100 por ciento a todos los productos procedentes de México.

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Las autoridades mexicanas ya habían señalado que estaban preparadas para responder con sus propios aranceles de represalia.

“Si me imponen aranceles del 25 por ciento, tengo que reaccionar con aranceles”, dijo Marcelo Ebrard, secretario de Economía de México, en una entrevista radiofónica este mes. “Estructuralmente, tenemos las condiciones para jugar a favor de México”, añadió.

Trump impuso aranceles elevados durante su primer mandato, que comenzó en 2017, incluidos gravámenes de hasta el 25 por ciento a los metales mundiales y a diversos productos procedentes de China. En 2019, amenazó con imponer aranceles a todos los productos procedentes de México y cerrar totalmente la frontera por completo a menos que el país pusiera fin a la inmigración ilegal. Pero se le convenció para que desistiera de esas amenazas.

Mientras hacía campaña para un segundo mandato, Trump hizo amenazas arancelarias aun mayores, como sugerir que impondría un gravamen del 60 por ciento o más a los productos chinos, y aranceles del 10 al 20 por ciento a los productos de otros países.

ImageLos aranceles también tendrían graves consecuencias para muchas industrias estadounidenses.Credit...Philip Cheung para The New York Times

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También ha amenazado con medidas agresivas para detener el flujo de inmigrantes a través de las fronteras estadounidenses, así como con deportaciones masivas de millones de inmigrantes indocumentados.

La Associated Press informó la semana pasada de que una caravana de unos 1500 migrantes, principalmente de Centroamérica y Sudamérica, se había formado en el sur de México y viajaba hacia el norte, con la esperanza de llegar a Estados Unidos antes de la toma de posesión de Trump en enero.

Los aranceles estadounidenses podrían enviar ondas de choque a la economía de México, que depende excepcionalmente del comercio con Estados Unidos, ya que exporta alrededor del 80 por ciento de sus productos a su vecino del norte.

Hasta ahora, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha adoptado un enfoque conciliador para tratar con Trump, hablando con el presidente electo por teléfono y diciendo que su gobierno está deseoso de reunirse con su equipo de transición antes de que tome posesión.

Al tiempo que intenta proyectar calma y confianza en su relación con Estados Unidos, Canadá ha reconocido que la frontera es un punto delicado en la relación.

Durante el verano, a pesar de que los cruces fronterizos ilegales desde México cayeron en picado, el número de personas que llegaron ilegalmente a Estados Unidos desde Canadá alcanzó un máximo histórico. Los contrabandistas han empezado a utilizar Canadá como trampolín para las personas que intentan llegar ilegalmente a Estados Unidos, principalmente desde India.

El gobierno de Joe Biden ha planteado repetidamente el problema a las autoridades canadienses y, en respuesta a la oleada del verano, introdujo medidas de emergencia para deportar rápidamente a las personas a Canadá. Desde entonces, las cifras han descendido. La agencia estadounidense de Aduanas y Fronteras dijo la semana pasada que los encuentros —es decir, las interacciones entre agentes y migrantes indocumentados, incluidas las detenciones y expulsiones— habían descendido un 69 por ciento de junio a octubre.

Doug Ford, primer ministro de Ontario, provincia con importantes vínculos económicos con Estados Unidos principalmente a través de su industria automovilística, dijo que la declaración de Trump exigía una respuesta canadiense urgente.

“Un arancel del 25 por ciento sería devastador para los trabajadores y el empleo tanto en Canadá como en Estados Unidos”, dijo Ford en las redes sociales. “El gobierno federal debe tomarse en serio la situación en nuestra frontera. Necesitamos un enfoque y una respuesta del equipo de Canadá, y los necesitamos ya. El primer ministro Trudeau debe convocar una reunión urgente con todos los primeros ministros”.


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