SINEMBARGO.MX. Las notas, crónicas y columnas publicadas por la prensa de Canadá dicen que Donald Trump no fue blandito con Justin Trudeau, con quien tiene diferencias desde hace años y a quien considera “un hipócrita”. El pasado lunes 25 de noviembre, después de amenazar a México y Canadá, el Presidente electo de Estados Unidos recibió la llamada del Primer Ministro canadiense. Le ratificó la amenaza de 25 por ciento de aranceles “si no resuelve el desastre de la frontera”. Fue un trato muy distinto al que recibió, días después, la mexicana Claudia Sheinbaum Pardo.
La reacción de los políticos canadienses fue, dirían los mexicanos, la de una “gallina sin cabeza”; es decir, sin control sobre sí mismos. Lo primero que los “premieres” (especie de gobernadores provinciales) hicieron fue tratar de orientar la ira de Trump hacia México, a pesar de que fue el entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador el que rescató a Canadá del enfrentamiento con Estados Unidos. Lo segundo, amenazar a los 4.9 millones de migrantes con papeles —documentados— que tienen en su territorio a irse. Y lo tercero: desde el 1 de noviembre, autoridades canadienses de seguridad empezaron a mostrar “enormes decomisos” de laboratorios de “tamaño histórico” donde se procesaba la droga que hunde a la sociedad estadounidense: el fentanilo.
The Toronto Star dijo que “Donald Trump le dio a Canadá un aviso de dos meses: que arregle la frontera o le aplicarán aranceles, enormes aranceles. Trump anunció en su plataforma Truth Social que firmará una orden ejecutiva para imponer aranceles generalizados a los productos canadienses”. La prensa en general agregó la conversación entre Trump y Trudeau, donde el Presidente electo ratificó la misma amenaza, ni más, ni menos. Desde ese momento empezaron las reacciones de los políticos contra México, contra los migrantes legales e incluso entre ellos hubo enfrentamientos.
“Apenas [Trump] había escrito su post [con la amenaza] se oyeron voces prominentes en este país que exigían... bueno, exigían todo tipo de cosas, ninguna de ellas sensata. Incluso antes de la última amenaza de Trump, el Primer Ministro de Ontario, Doug Ford, había pedido que se expulsara a México del tratado comercial. Ahora quiere hacer estallar el comercio bilateral, exigiendo que Canadá tome represalias contra los aranceles insanos y autodestructivos de Trump, con aranceles insanos y autodestructivos propios”, escribe hoy James Andrew Coyne —un periodista notable de Canadá— en The Globe and Mail.
“Otras voces pidieron una línea más, ¿cómo la llamaremos?, conciliadora. O tal vez ‘servil’ sería mejor: lo que el historiador y teórico político Timothy Snyder ha llamado ‘obediencia anticipatoria’. La Primera Ministra de Alberta, Danielle Smith, no contenta con instar al Gobierno canadiense a negociar a punta de pistola metafórica, se puso activamente del lado de Trump, señalando sus ‘preocupaciones válidas’ sobre ‘actividades ilegales en nuestra frontera compartida’. El Primer Ministro de Saskatchewan, Scott Moe, se mostró de acuerdo y señaló que ‘todos podemos beneficiarnos de una mayor seguridad fronteriza que detenga el flujo de drogas ilegales y migrantes a través de nuestras fronteras’”, agrega Coyne.
“Y el Primer Ministro de Quebec, François Legault, recurrió a las redes sociales para expresar su preocupación por el ‘enorme riesgo’ que supone para la economía de Quebec la amenaza arancelaria de Trump y exigió que se haga ‘todo lo posible’ para evitarla. Ofreció a Justin Trudeau ‘la plena cooperación del Gobierno de Quebec’ en este sentido, con lo que quiso decir, como aclaró más tarde, que Quebec debe tener un lugar en la mesa de negociaciones”, afirma el periodista, resaltando la improvisación con la que los políticos canadienses respondieron a la crisis.
Concluye: “Creo que tenemos que mirar la crisis actual no a través de la lente del comercio o la diplomacia o incluso la extorsión, sino a través de la psicología de un hombre profundamente perturbado. Servilizarse ante él, por ejemplo, como algunos de nuestros primeros ministros parecen inclinados a hacer, es poco probable que lo apacigüe: es el tipo de cosas por las que vive. Ceder a sus demandas, de la misma manera, es inútil: no porque él concluya racionalmente que nuestra disposición a aceptar una primera demanda sugiere que podríamos ceder ante otros, sino porque el subidón de dopamina que experimenta al dominar a los demás tomará el control de él, exigiendo que se le suministren más dosis”.
The Toronto Sun dice hoy que las autoridades esperan “que casi cinco millones de permisos temporales expiren durante el próximo año, por lo que los federales prevén que [los migrantes] se vayan voluntariamente”. Así lo dijo el Ministro de Inmigración, Marc Miller, al comité de inmigración de la Cámara de los Comunes cuando el Diputado conservador Tom Kmiec le expuso esa cifra, agrega el Sun.
“‘Hay muchas formas en las que la gente abandona el país’, dijo Miller. ‘La gran mayoría se va voluntariamente. Eso es lo que se espera’. Kmiec respondió: ‘Su departamento presentó documentos al Parlamento que mostraban que 4.9 millones de visas expirarán entre septiembre de 2024 y diciembre de 2025. ¿Cómo sabremos cuántos de ellos terminarán yéndose realmente?’ Miller dijo que los federales ‘vigilarían eso cuidadosamente. Hay muchas medidas dentro de nuestro departamento para vigilar estas cosas’, incluida ‘la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá para investigar y procesar a quienes violan las leyes de inmigración’”.
La reacción contra los migrantes vino acompañada de otras.
El Gobierno federal canadiense dijo que inyectará más dinero en la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá y la policía “en un aparente intento de aplacar al Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha prometido aranceles elevados sobre la migración ilegal y el contrabando de drogas desde Canadá a Estados Unidos. La promesa de Ottawa de gastar más en seguridad fronteriza siguió a una reunión de emergencia de primeros ministros el miércoles por la noche entre Justin Trudeau y los líderes provinciales y territoriales para abordar el anuncio de Trump de que cuando asuma el poder en enero, tanto Canadá como México enfrentarán aranceles del 25 por ciento sobre sus productos hasta que tomen medidas suficientes sobre los cruces ilegales y las drogas”, según cita The Globe and Mail.
El Ministro de Seguridad Pública, Dominic LeBlanc, y la Viceministra Chrystia Freeland, salieron de la reunión virtual de 90 minutos para anunciar más fondos fronterizos, aunque no ofrecieron detalles ni un cronograma.
El periodista Lawrence Martin escribe hoy: “Aunque el Gobierno de Trudeau debería abordar algunas de las quejas de Trump, también se le debe recordar a Trump que necesitará la cooperación de Ottawa para implementar su plan de deportación masiva. Miles de personas buscarán asilo aquí, tal vez decenas de miles. ¿Qué tal si, señor Presidente, cerramos la puerta y los enviamos de regreso?”
Agrega: “El ataque de Trump a Canadá probablemente tenga algo que ver con su desagrado por Trudeau por no inclinarse lo suficiente ante sus pies. A Elon Musk tampoco le gusta el Gobierno de Trudeau. Con el nuevo poder que Trump ha acumulado con su triunfo electoral, y con los leales arrodillados de los que se ha rodeado, está en una posición mucho más fuerte que en su primer mandato. También tiene la fortuna de llegar al poder en un momento en que la economía estadounidense está en ascenso, y eso podría servir como amortiguador para algunas de las medidas extremas que está contemplando. No tiene que enfrentar la reelección en un futuro cercano, lo que también lo libera”.
“Hay una tormenta perfecta para que lleve su populismo autoritario a nuevos niveles amenazantes. El hecho de que esté tratando de intimidar a Canadá antes incluso de jurar el cargo es un claro ejemplo de ello. Pero el respeto por uno mismo significa que no podemos someternos a la subyugación”, concluye Lawrence Martin.
Y es que Canadá no es el paraíso que vende al mundo.
De acuerdo con la periodista canadiense Lorrie Goldstein, aunque la tasa de homicidios en Estados Unidos supera notablemente a la canadiense, un nuevo estudio del profesor Livio Di Matteo de la Universidad Lakehead, realizado para el Instituto Fraser, dice que tanto las tasas de delitos contra la propiedad como las tasas generales de delitos violentos son ahora más altas en Canadá que en Estados Unidos.
“La idea de que Canadá es una sociedad mucho más segura que Estados Unidos no está respaldada por los datos, ya que las tasas de delitos contra la propiedad y violentos en Canadá son ahora más altas que al sur de la frontera”, concluye Di Matteo en el primer capítulo de su próximo estudio, "Comparing Recent Crime Trends in Canada and the United States: An Introduction".
“Después de un largo período de tasas de delincuencia en descenso tanto en Canadá como en Estados Unidos desde la década de 1990, en los últimos años se ha producido una nueva inquietud a pesar de que, en general, las tasas de delincuencia se mantienen en mínimos históricos relativamente bajos. Las tasas de delincuencia en Canadá… están aumentando, y en algunos casos son más altas que en Estados Unidos, lo que debería preocupar a los canadienses”, agrega el estudio.
Y la migración indocumentada desde Canadá hasta Estados Unidos ha crecido, fuerte. En el período comprendido entre octubre de 2023 y fines de septiembre de 2024, los agentes de Patrulla Fronteriza de Estados Unidos detuvieron a cerca de 20 mil personas que cruzaban por el sector Swanton, más que en los 17 años anteriores juntos, de acuerdo con la misma prensa canadiense. Ese sector se extiende desde la frontera entre Quebec y New Hampshire, cruza la frontera entre Vermont y Quebec y luego cruza el estado de Nueva York hasta donde el río San Lorenzo se encuentra con el lago Ontario.