EL PAÍS. En plena escalada de tensión entre Estados Unidos y México por la propuesta del presidente electo, Donald Trump, de imponer un arancel del 25% sobre las importaciones mexicanas, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, negó la existencia de un proyecto automotriz chino en el país. “Todavía no hay ningún proyecto firme de alguna inversión de una empresa automotriz china que se vaya a instalar en México”, dijo la mandataria este jueves en su habitual conferencia de prensa. Sheinbaum descartó el aterrizaje de una armadora china en suelo mexicano, a pesar de que, a principios de este mes, la compañía asiática BYD reafirmó su intención de instalar en el país un centro de manufactura, valuado en 1.000 millones de dólares, para abastecer de vehículos eléctricos al mercado doméstico, e incluso, a Latinoamérica.
La mandataria ha hecho hincapié en que México no está cerrado al arribo de inversión china al país, pero indicó que se dará prioridad al comercio con países con los que mantiene un tratado comercial, como Estados Unidos y Canadá. “Tiene que verse cuál proyecto y bajo qué circunstancia”, dijo Sheinbaum al respecto de la inversión china. La negativa de Sheinbaum sobre el tema, unas horas después de su llamada con el presidente electo Donald Trump, colocan de nueva cuenta en terreno incierto los planes del gigante en coches eléctricos BYD.
La compañía aún no se ha pronunciado sobre las declaraciones de Sheinbaum, sin embargo, en su último lanzamiento en Ciudad de México, justo en la antesala de las elecciones presidenciales de EE UU, los directivos de la firma confirmaron sus planes de construir una planta de vehículos eléctricos para surtir al mercado interno, e inclusive, a Latinoamérica. En ese entonces, Ray Zou, presidente de BYD México, detalló que la planta generaría entre 5.000 y 10.000 empleos y estaría lista en uno o dos años. Además, insistió en que este centro de manufactura no planea surtir al mercado estadounidense, como lo ha sugerido en el pasado, el republicano Trump.
El interés de las empresas chinas por México ha venido al alza en la última década. Durante el primer semestre de este año, la inversión extranjera directa de este país en suelo americano rebasó los 235 millones de dólares, una cifra mayor respecto a los 11 millones de dólares en inversión registrados en todo 2010, según las cifras de la Secretaría de Economía. El aterrizaje de los coches eléctricos chinos importados al país, ha propiciado la demanda de autopartes, semiconductores y componentes chinos.
El reciente amago que hizo el presidente electo de EE UU de elevar los aranceles a las importaciones provenientes de México va en línea con otros señalamientos que hizo durante su campaña sobre una supuesta triangulación de comercio asiático, vía su vecino país del sur. El Gobierno de México ha negado insistentemente este cruce de mercancías y ha respondido a las amenazas de una mayor barrera arancelaria con la misma moneda, asegurando que “a un arancel, vendrá otro”.
La tensión binacional prendió las alarmas sobre el futuro económico del país latinoamericano. El mercado no tardó en reaccionar y el tipo de cambio del peso frente al dólar se debilitó, una vez más, a niveles por encima de 20,80 unidades por dólar esta semana, mientras que las calificadoras y centros financieros ajustaron, a la baja, las expectativas de crecimiento económico de México. Este episodio se ha zanjado, de momento, con una llamada entre Sheinbaum y Trump en la que hablaron sobre el control de la frontera norte en temas de migración y tráfico de drogas. El tema de los aranceles no estuvo sobre la mesa, por ahora.