IETD advierte riesgos en la reforma electoral de Sheinbaum; presenta su contrapropuesta
Por: Administración
2025-07-15 11:49:01
EL ECONOMISTA. Integrantes del Instituto de Estudios para la Transición Democrática (IETD) advirtieron riesgos en la iniciativa de reforma electoral que presentará la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo al Congreso de la Unión.
Sin embargo, los miembros de la asociación civil -entre estos Lorenzo Córdova, Leonardo Valdés y José Woldenberg- dieron a conocer su contrapropuesta, en la que rechazaron la eliminación de diputaciones, sugirieron aumentar el número de senadores e incluso otorgar más peso electoral a los partidos.
La propuesta de reforma electoral de Sheinbaum
Fue a finales de junio, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que promoverá reformas en materia electoral para disminuir el presupuesto del Instituto Nacional Electoral (INE), el dinero que reciben los partidos políticos vía prerrogativas y el número de diputados federales y senadores de representación proporcional o plurinominales, entre otros temas.
La inconformidad del IETD a la reforma electoral de Sheinbaum
Ante los propósitos de la presidenta Sheinbaum, quienes conforman el IETD emitieron un comunicado en el que solicitan al conjunto de actores públicos tener un especial cuidado para abordar “una reforma de la que dependerán la confianza, la autenticidad y la equidad en las elecciones mexicanas, es decir, de la piedra angular de la democracia en México”.
A través de un pronunciamiento difundido en redes sociales, explicaron que las normas electorales son las reglas del juego democrático a las que todos los actores políticos (partidos, organizaciones sociales y la ciudadanía en general) deben ajustarse en la contienda por los poderes públicos a través del voto popular.
Sin embargo insistieron en que este tipo de reglas exige la aceptación de todos aquellos que van a someterse a dichas condiciones y modalidades.
“Ignorar la historia, abriría la puerta a que las reglas electorales ya no sean el fundamento de las soluciones sino parte del problema, fuente de impugnación y litigio, que acaban siempre en erosionar la legitimidad, incluso, de quienes triunfan y en afectar la estabilidad política de las comunidades en el país.
En este tenor, destacaron cuatro coordenadas básicas para cualquier reforma electoral que, dijeron, se precie democrática:
Buscar el más amplio consenso; Fortalecer la representación proporcional (demanda histórica de la izquierda democrática); Garantizar la autonomía, imparcialidad y profesionalismo de los órganos electorales, Procurar que el dinero público y no el financiamiento privado y menos criminal, sean el sostén de los procesos electorales en México.
La contrapropuesta del IETD a la reforma electoral de Sheinbaum
- Diseñar un sistema que nos acerque por fin al ideal democrático y representativo: tanto porcentaje de la votación, tantos escaños en el Congreso, lo mismo en la Cámara de Diputados, en la de Senadores como en los Congresos locales. “Que el peso electoral de cada partido coincida con el peso que tiene en los órganos legislativos”.
- Aumentar el número de diputaciones electas por el sistema de representación proporcional para alcanzar una proporción de 50/50% respecto de las diputaciones electas por el sistema de mayoría relativa. En otras palabras: 250 diputados de mayoría y 250 de representación proporcional.
- Proponen que todos los integrantes del Senado de la República sean elegidos a través de un sistema exclusivamente proporcional con circunscripciones estatales. De este modo, se elegirían a cuatro senadores en cada entidad federativa de manera proporcional a los votos recibidos por cada partido o coalición a través del sistema de cociente de distribución y resto mayor.
- Garantizar la autonomía de las autoridades electorales, así como la profesionalización de las mismas.
- El consenso de todos los actores políticos en torno a quienes serán los responsables de organizar las elecciones es fundamental como condición de integridad democrática. Por eso su nombramiento debe hacer prevalecer, además de las capacidades técnicas de quienes integren el Consejo General del INE, el reconocimiento y confianza de origen del conjunto de partidos políticos, protagonistas centrales de las contiendas electorales.
Para ello y dadas las condiciones actuales resulta indispensable:
- a) que dicho nombramiento recaiga en el Senado y no ya en la Cámara baja, dada la distorsión en la representación que hoy existe en la Cámara de Diputados. Un tipo de nombramiento tal como ocurre con el resto de los titulares de los órganos constitucionales autónomos y,
- b) que el porcentaje requerido para hacer esas designaciones se eleve a una votación calificada de 3/4 de los miembros presentes en la Cámara Alta. Ello exigiría la construcción de consensos amplios entre todas las fuerzas políticas presentes en ese órgano.
- Proponen garantizar la subsistencia y fortalecimiento del Servicio Profesional Electoral Nacional, que constituye la columna vertebral de las capacidades organizativas del INE, como un servicio civil de carrera centrado en concursos de ingreso y promoción en rango tanto abiertos como cerrados, así como en la capacitación permanente y en la evaluación periódica de sus miembros. Sostuvieron que cualquier intento de socavar, reducir o eliminar dicho Servicio impactaría directamente en la calidad de los procesos electorales.
- En cuanto a las magistraturas del Tribunal Electoral, consideraron obligado establecer su designación con un umbral de 75% de los votos en el Senado, abriendo la participación y propuesta a las universidades, los colegios y las barras de abogados del país.“El principio político es el mismo: es a la mayoría, a los triunfadores de cada elección, a quienes conviene aún más el trabajo imparcial y eficaz de las autoridades electorales”.
- Respecto al financiamiento público, refirieron que debe distribuirse con la misma razón equitativa: “la mitad de la bolsa en consonancia con la votación de cada partido, la otra mitad, de modo igualitario”. Asimismo debe garantizar las condiciones de operación permanente de los partidos políticos en tanto estructuras de organización y representación.