CNN. Rwanda llegó a un acuerdo con el Gobierno de Trump para acoger a migrantes deportados desde Estados Unidos, convirtiéndose en la tercera nación africana en hacerlo, en medio de críticas por presiones de la Casa Blanca a gobiernos del continente para recibirlos.
Migrantes deportados por EE.UU., originarios de otros países, ya habían sido enviados previamente a Sudán del Sur y Eswatini (antes conocido como Suazilandia); un vocero del Departamento de Seguridad Nacional calificó a ambos grupos como criminales “bárbaros”.
La vocera del Gobierno ruandés, Yolande Makolo, confirmó a CNN este martes que la nación del este de África “acordó con Estados Unidos aceptar hasta 250 migrantes”, en un convenio que permite al Gobierno “aprobar individualmente a cada persona propuesta para el reasentamiento”.
Una vez aprobados, los migrantes, dijo, “recibirán capacitación laboral, atención médica y apoyo para su alojamiento con el fin de relanzar sus vidas en Ruanda”, lo que les permitirá “contribuir a una de las economías de más rápido crecimiento en el mundo en la última década”.
Rwanda, una nación de menos de 15 millones de habitantes, no es ajena a los acuerdos para recibir deportados de terceros países en su territorio.
Anteriormente se asoció con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para albergar temporalmente a solicitantes de asilo y refugiados evacuados desde Libia, país del norte de África, con casi 3.000 llegadas registradas entre 2019 y 2025, según la organización de Naciones Unidas.En 2022, alcanzó un polémico acuerdo migratorio con el Reino Unido para recibir solicitantes de asilo deportados que habían llegado de forma ilegal a ese país.
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El acuerdo no se concretó debido a disputas legales y fue cancelado tras la llegada de Keir Starmer al cargo de primer ministro en julio del año pasado. En ese momento, Rwanda sugirió que no tenía intención de reembolsar los más de US$ 300 millones que recibió del Reino Unido por las deportaciones.
Makolo no dijo a CNN en qué se beneficiará Rwanda al acoger a deportados desde EE.UU. Tampoco aclaró si los migrantes estadounidenses serán alojados en las mismas instalaciones que Rwanda había previsto para los solicitantes de asilo deportados desde el Reino Unido.
“Proporcionaremos más detalles una vez que todo esté resuelto”, dijo Makolo.Rwanda reveló en mayo que el país estaba en las primeras etapas de negociaciones para recibir inmigrantes deportados desde EE.UU., según el canciller Olivier Nduhungirehe.
El Gobierno de Trump ha insistido en sus esfuerzos por alcanzar acuerdos con varios países africanos para que acepten a deportados no deseados, a pesar de la indignación de ciudadanos africanos que insisten en que su continente no debe ser tratado como un “vertedero” para personas consideradas no aptas para vivir en EE.UU.
A comienzos de julio, la Corte Suprema de EE.UU. allanó el camino para que el Gobierno de Trump pudiera deportar a ciertos migrantes a países distintos del suyo con escaso preaviso. Uno de los principales obstáculos para administraciones anteriores había sido negociar con países que se negaban a recibir de vuelta a sus propios ciudadanos, y el presidente Donald Trump había ordenado en un decreto de enero que altos funcionarios facilitaran acuerdos internacionales para enviar a los migrantes a otras naciones.
“Estados Unidos mantiene conversaciones diplomáticas constantes con países extranjeros dispuestos a ayudarnos a retirar a los extranjeros ilegales que (el expresidente de EE.UU.) Joe Biden permitió que infiltraran las comunidades estadounidenses”, dijo este martes un funcionario de la Casa Blanca a CNN.
EE.UU. también ha sido criticado por presuntamente presionar a potencias africanas como Nigeria y Sudáfrica para que reciban a deportados extranjeros.
En el caso de Rwanda, persisten las preocupaciones por la seguridad de los refugiados debido al historial del país en materia de derechos humanos.
Durante el encendido debate sobre el acuerdo migratorio entre Rwanda y el Reino Unido, la ACNUR elogió a Rwanda por “acoger generosamente a miles de refugiados… de manera temporal”, pero advirtió que existían “graves riesgos” que la externalización plantea para los refugiados, incluido el refoulement (retorno forzoso a un país donde podrían enfrentar persecución)
En ese momento, Rwanda rechazó la crítica de ACNUR y sostuvo que “no devuelve por la fuerza a solicitantes de asilo”.