EL ECONOMISTA. La extradición de 26 delincuentes de alta peligrosidad a Estados Unidos responde a la necesidad de proteger la seguridad nacional, afirmó este miércoles el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch.
En conferencia de prensa este 13 de agosto, el funcionario federal señaló que, desde cinco centros penitenciarios del país, los reclusos seguían dirigiendo actividades criminales. Lo hacían mediante las visitas que recibían, las cuales no podían restringirse por tratarse de un derecho constitucional.
García Harfuch señaló que algunos de estos criminales habían obtenido amparos para permanecer en penales de baja seguridad, lo que facilitaba su comunicación con el exterior y aumentaba el riesgo de fuga.
“Estos delincuentes de alto perfil, aún privados de su libertad, mantenían operaciones criminales. Era un riesgo inaceptable para la seguridad nacional”, subrayó.
La Fiscalía General de la República (FGR) y la SSPC confirmaron que la operación se realizó el 12 de agosto, con el traslado de los reos en avión hacia Estados Unidos.
Según el gabinete de seguridad, Washington se comprometió a no solicitar la pena de muerte para ninguno de ellos. La mayoría enfrenta acusaciones por narcotráfico, homicidio y otros delitos graves, y podría recibir cadena perpetua.
“Considerando las actividades de alto impacto a las que se han dedicado y la amenaza que representan para México y Estados Unidos, se procedió al traslado de estos objetivos”, puntualizó el secretario de Segurdad.
Omar García Harfuch explicó que los 26 narcotraficantes enviados a Estados Unidos continuaban delinquiendo desde cárceles mexicanas a través de sus visitas.Captura de pantalla
Aunque el gobierno mexicano se refirió al procedimiento como “extradición”, se trata del segundo envío masivo de integrantes del crimen organizado a territorio estadounidense sin un proceso formal de extradición.
Entre los trasladados destacan: