EL PAÍS. Lo de los palcos del Estadio Azteca es tan complicado como simple. Para financiar una parte de la construcción del recinto, Emilio Azcárraga Milmo vendió en los sesenta palcos a inversores privados que se convirtieron en dueños de esos lugares con un contrato que les daba acceso a todo evento durante 99 años. Y así ocurrió en los mundiales de 1970 y 1986, pero en el marco de la Copa del Mundo del próximo año, la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) reclamó el uso de esos lugares, por lo que los dueños tuvieron que exigir su derecho. Luego de una batalla legal que se extendió por año y medio, los propietarios han vencido y anunciado este miércoles que podrán acceder sin costo a los cinco partidos mundialistas que se jugarán en el recinto, incluida la inauguración.
El Grupo Ollamani, propietario del inmueble hoy llamado Estadio Banorte —y Estadio Ciudad de México en el contexto de la Copa—, ha detallado en un comunicado difundido en sus redes que para lograr el acuerdo, el recinto ha hecho una serie de compromisos y pagos a la FIFA. “De los 16 estadios que serán sedes mundialistas, solo el nuestro tenía particularidades complejas”, señala. El inmueble aceptó que los dueños de los palcos mantendrán su derecho de uso sin costo adicional y el pago a la FIFA sería asumido directamente por los dueños del estadio.
El conflicto comenzó en 2024, cuando los palcohabientes denunciaron que podrían ser excluidos por las reglas que establecen que la FIFA tiene control total de los estadios sede de mundiales desde 30 días antes del inicio del torneo y hasta una semana después la clausura. Y en la batalla legal ha tenido que intervenir la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ante la cual se ha firmado el convenio que garantiza el ingreso gratuito de los palcohabientes. Con las remodelaciones en curso, el Azteca tendrá una capacidad de 90.000 aficionados y los dueños, que controlan aproximadamente el 30% de los 12.500 de palcos y plateas, podrán acceder a sus asientos con un registro previo.
Roberto Ruano, líder de la Asociación de Palcos y Plateas ha dicho en entrevistas a los medios: “Gratis no es, nosotros ya pagamos por cualquier evento en el recinto. Ahora tenemos el papel con la legalidad y el respeto que se merecía el asunto. Hay temas como estacionamiento, el ingreso de alimentos y bebidas que tendrán que hacerse distinto para ingresar, con lo cual no estamos de acuerdo, pero vamos a respetarlos”. No es la primera vez que los dueños de palcos han tenido que defender su propiedad. En el Mundial de 1986 también tuvieron que negociar con El Tigre Azcárraga, entonces propietario, para ejercer sus derechos. En su época, Televisa vendió los palcos por 115.000 pesos, alrededor de 9.000 dólares de esa época.
El acuerdo llega en un contexto de alta expectativa por el Mundial. En apenas 24 horas del lanzamiento del sorteo de preventa, la FIFA recibió más de 1,5 millones de solicitudes de boletos provenientes de aficionados en 210 países. La mayor parte de la demanda llegó de Estados Unidos, México y Canadá, seguidos por Argentina, Colombia, Brasil, Inglaterra, España, Portugal y Alemania. La respuesta refleja el atractivo del torneo en su primer formato de 48 selecciones, que es organizado por México, Canadá y Estados Unidos, con un total de 104 partidos en 16 ciudades sede.
El sorteo permanecerá abierto hasta el 19 de septiembre. Los interesados que resulten seleccionados serán notificados por correo electrónico a partir del 29 de septiembre y se les asignarán horarios específicos para adquirir entradas a partir del próximo 1 de octubre.
El Coloso de Santa Úrsula se prepara para hacer historia el 11 de junio del próximo año, cuando se consagrará como el único estadio del mundo en albergar tres inauguraciones mundialistas.