EL ECONOMISTA. El consorcio Connect+, en donde participa la empresa FCC Construcción, controlada por el empresario mexicano Carlos Slim, fue adjudicado con un contrato por 1,500 millones de euros para diseñar y construir la fase 2 del metro de la Segunda Avenida, en la ciudad de Nueva York, informó FCC Construcción, la tarde de este jueves.
“El contrato para diseñar y construir dos túneles que permitirán el desarrollo de dos nuevas estaciones de metro en Nueva York. Estas nuevas estaciones en Harlem representan un paso clave en la ampliación de la línea de metro de la Segunda Avenida hacia el norte, desde el Upper East Side hasta East Harlem, dijo FCC, una empresa española controlada por Slim.
Según explicó FCC, el contrato incluye la conversión en estación de un túnel de 762 metros, construido en la década de 1970 entre las calles 116 y 125, como medida de contención de costes del proyecto.
Asimismo, implica la perforación de un túnel de 2.560 metros hasta Malcolm X Boulevard y la excavación de la cavidad para la estación de la calle 125, así como la excavación de pozos para edificios auxiliares y futuros accesos.
FCC explicó que el túnel se excavará utilizando dos tuneladoras de densidad variable (TBM) fabricadas en Alemania, con un peso de 1.5 millones de libras, que pueden cambiar entre suelo blando y roca dura sin necesidad de desmontarlas.
Según las estimaciones del cliente de FCC, la Autoridad de Transporte Metropolitano de la ciudad de Nueva York (MTA, por su sigla en inglés), junto con la fase 1, que va desde la calle 72 hasta la calle 96, se espera que la línea de la Segunda Avenida transporte alrededor de 300,000 pasajeros al día.
La empresa afirmó que cuenta con una dilatada experiencia en el diseño y la construcción de importantes líneas de metro en capitales mundiales como Madrid, Barcelona, Málaga, Panamá, Lima (Perú), Toronto (Canadá), Doha (Qatar), Riad (Arabia Saudí), Atenas o Oporto (Portugal), entre otras.
Carlos Slim invirtió en FCC desde el 2014 y en el 2016 tomó el control de la empresa al alcanzar ese año una participación accionaria mayoritaria que superó el 60 por ciento.