EL UNIVERSAL. El presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió en su discurso ante el pleno de la ONU que los países "se están yendo al infierno" debido a la migración. No solo cuestionó el propósito de la ONU, sino que acusó directamente al organismo de financiar a los migrantes "que entraban ilegalmente a Estados Unidos". Aseguró que gracias a sus políticas antiinmigrantes, la migración irregular se desplomó, y los estadounidenses "viven tranquilos", porque los migrantes "violaban y atacaban" a los ciudadanos.
"La ONU no resuelve problemas, sino que genera problemas. Apoya a personas que llegan ilegalmente a Estados Unidos y que luego nosotros tenemos que expulsar".
La ONU, insistió, "está financiando el asalto a países occidentales y sus fronteras. En 2024, la ONU presupuestó 372 millones de dólares para dar asistencia en metálico a 624 mil inmigrantes en su viaje a Estados Unidos". Y añadió que la ONU "ha provisto de comida, refugio, transporte y tarjeta de débito a los extranjeros ilegales".Play Video
La migración, aseguró, "será la muerte de Europa". El mandatario estadounidense llamó a "poner fin a las fronteras de puertas abiertas".
Trump también defendió su decisión de designar terroristas a los cárteles y la ofensiva que ha emprendido contra lanchas que presuntamente transportan droga en El Caribe con destino a Estados Unidos, diciendo que gracias a ella "hemos detenido las drogas que llegan por mar".
El jefe de Estado se lanzó contra quienes han expresado su preocupación por el cambio climático. "La huella de carbono son pamplinas", aseguró, y se jactó de haberse retirado del "falso Acuerdo de París", a la vez que defendió el uso del "limpio y bellísimo carbono".
Insistió en que "muchos países se han aprovechado de Estados Unidos durante mucho tiempo, pero ya no, como habrán visto".
Aseguró que Estados Unidos va a ayudar a otros países, pero "de manera justa y recíproca". Defendió su política de aranceles, señalando que las demás naciones imponían gravámenes a Estados Unidos "sin control".
Cientos de miles de millones de dólares están llegando a Estados Unidos, y el país está usando esos aranceles también, explicó, para defender su "soberanía".
Anunció que al llegar se encontró con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y dijo que acordaron reunirse la próxima semana. "Parece un caballero muy amable, me cayó bien y le caí bien. Yo solo tengo negocios con quien me cae bien".
Sin embargo, defendió los aranceles impuestos a Brasil. "Brasil va mal. Y solo les irá bien si cooperan con nosotros", manifestó.
Concluyó diciendo que la migración y la energía verde "está destruyendo una buena parte del mundo libre". Defendió fronteras firmes y fuentes típicas de energía si las naciones quieren sobrevivir.
"Juntos, defendamos nuestro deber sagrado para con nuestros pueblos, protejamos sus fronteras, garanticemos su seguridad. Salvemos aquello que atesoran, sus tradiciones y legados. Luchemos por ellos, por esas amadas libertades... Construyamos un planeta brillante, hermoso, más rico que nunca. Hagamos de nuestros países lugares más seguros, hermosos", cerró Trump.