Opinión / Entomafobia

De Culiacán a los gases de Palacio Nacional

Mis queridos entomafóbicos ¿cómo están? Ya los extrañaba y no me había sentado a escribirles. Y es que mis fieles tres lectores ¡las noticias no paran! Por lo menos tengo que reconocer que la 4T siempre da la nota, aunque sea con pura pifia.

Quería hablarles de muchas cosas: la renuncia del ministro Medina Mora la SCJN por supuestos actos de corrupción, la renuncia del tristemente célebre Romero Deschamps a su feudo del sindicato petrolero, el decomiso de cuentas del abogado Collado en Andorra…

Pero en está ocasión quiero centrar mi palabrería en 3 asuntos que en mayor o menor medida han acaparado los titulares de las noticias en estos días.

El jueves 17 de octubre la ciudad de Culiacán fue escenario del ridículo más grande que ha hecho la recién estrenada Guardia Nacional. En un operativo lograron detener a Ovidio Guzmán, hijo del Chapo y presunto operador del Cartel de Sinaloa. Los delincuentes ni tardos ni perezosos hicieron sentir su musculo y por medio de bloqueos y quema de unidades para presionar a las fuerzas del orden a liberar al joven Guzmán. Y les funcionó. Respaldada la decisión por nuestra cabecita de algodón liberaron al capo. Decisión que fue justificada por el señor presidente con el argumento de que se procedió así para evitar una masacre; gesto humanista que sus hordas aplaudieron ¡qué bonito!

Pero ya saben que yo soy un malpensante y les digo que lo que está mal planeado termina mal.

Cuando el presidente dice haber evitado una "masacre" me suena a retórica barata, fácil y efectivista. Si quieren preservar la integridad del pueblo, no hacen un despliegue aparatoso de la fuerza. Ya cada quién decide si compra el argumento. Pero el discurso se gasta y el tiempo corre.

La realidad, dicha por el secretario de la defensa es que operativo en Culiacán fue fallido e improvisado. Así, tal cual. Se expuso a la ciudadanía primero y después se reculó.

Todos los gobiernos deben ser visto con lupa, con ojo crítico (aunque suene a disco rayado, lo he dicho con Calderón y con Peña).

El gobierno de México quedó en ridículo después de la liberación de Ovidio Guzmán, lo digo después de haber pasado gran parte del día revisando notas para el portal. Nos guste (muy enfermitos si sí) o no, no se vio gobierno. Y debe de haber un cambio REAL de estrategia (no sólo de discurso) y si tienen que rodar cabezas (la de Sandoval o la de Durazo) debe hacerse.

Ser "bueno" y "honesto" no es sinónimo de ser capaz. Y ya mejor cambio de tema porque que triste deveras…

A los revoltosos paz y a los alcaldes opositores gases lacrimógenos, o al menos ese es el mensaje que da, si no el presidente, sí el equipo de producción de su espectáculo mañanero, que así, a puro gas deshizo la manifestación de presidentes municipales de todo el país afuera de Palacio Nacional el pasado 22 de octubre.

Punto y aparte que la manifestación no esté exenta de consignas partidistas, la torpeza al justificar las acciones de aquella mañana por parte del presidente que incluso insinuó que los munícipes deberían de pedir disculpas y portarse bien. Aunque no le guste al señor tlatoani, los alcaldes pueden manifestarse, y algo que no debe de perder de vista es que sean adversarios o sus aplaudidores, los gobiernos locales deben de ser escuchados y atendidos. La campaña ya pasó y, remarco, aún sin importar un trasfondo político de la manifestación, la respuesta de los gases lacrimógenos fue exagerada.

Ya me que acabé el espacio y el tercer tema se queda en el tintero, sólo puedo decir ¡Ay, Nuevo León! ¡Tan progresista que te vendes y tan del medievo que resultaste! La objeción de conciencia de los médicos para practicar un aborto y para atender a la población LGBT es una vergüenza, prejuiciosa y retrograda. Es violatoria a los derechos humanos y discrimana a sectores ya marginados de la población.A los legisladores del estado sólo les recuerdo que a quién obra mal… ¡se le pudre el tamal!

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