Rechazan la ley Batres de doblaje

Por: Administración
2020-02-05 21:24:19
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Rechazo total a la iniciativa del senador Martí Batres fue la respuesta de diferentes miembros de la comunidad cinematográfica y de especialistas. / El Economista dio a conocer el miércoles pasado que el senador de Morena y la Asociación Nacional de Actores (ANDA) buscan que todas las películas en otro idioma que se estrenen en México sean dobladas al español e incluso en lenguas indígenas.

Inspirado en Francia y en España, Batres busca reformar la Ley Federal de Cinematografía, dejando de lado al diputado Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, quien trabajó en mesas con la comunidad fílmica durante el 2019, donde el doblaje estuvo incluido.

La iniciativa de Batres y compañía indica: “Las películas cuyo idioma original sea distinto al español deberán contar con una versión doblada que permanecerá en igual número de salas, en cada complejo, y durante el mismo tiempo que la versión en idioma original”.

Esto ocasionaría daños al cine mexicano y a los distribuidores independientes de cine en el país.

“Nunca hemos pensado ni de broma doblar una película al idioma español. Respetamos la originalidad de la obra cinematográfica y respetamos aún más al público”, señaló Alfonso López, director de Alfhaville Cinema.

“La iniciativa que Morena, Batres y la ANDA pretenden, en dizque beneficio de un sector específico de la industria cinematográfica, representa una afrenta al derecho a la cultura. Los argumentos esgrimidos son realmente disparatados”, añadió López, quien distribuye películas internacionales.

Los distribuidores tendrían que doblar sus películas y aumentarían sus costos, lo que prácticamente los condenaría a cerrar su negocio. De igual manera, las cinetecas del país desaparecerían.

“El costo de doblaje económico de una película es de 200,000 a 300,000 pesos, dependiendo de la duración. Dados los costos de hacer cada versión de la película y que son estrenos limitados, esta iniciativa nos obligaría a limitar los estrenos y distribuir menos cine alternativo a México, dejando la mayoría de la oferta cinematográfica en manos del cine comercial o masivo”, señaló Geminiano Pineda, productor y director mexicano, fundador y director general de cine Caníbal.

Por su parte, el periodista Óscar Chavira consideró que “la posición de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas de prohibir el doblaje es extremista al igual que la iniciativa de Martí Batres.

“Debe haber un punto intermedio que satisfaga a todas las partes. Si se doblan todas las películas los primeros afectados son los distribuidores menores que manejan el llamado cine de arte”.

Eduardo Cruz Vázquez, especialista cultural y coordinador del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (Grecu-UAM) señaló: “Esta iniciativa enriquece la cadena de insensateces de los liderazgos de Morena en el Poder Legislativo. Suma a la confrontación de la comunidad cultural, de la secretaria de Cultura y la titular del Imcine, con esos senadores y diputados que, entre directamente responsables y políticamente interesados, gustan de ir por la libre, sin el acompañamiento indispensable para legislar de manera armónica, cuando sus mayorías deberían ser propicias para la labor coordinada. Nuevamente, Alejandra Frausto y María Novaro hacen evidente su falta de alcance para negociar los intereses que deben o no pasar por el Congreso. Abandonado el sector cultural a las fauces del T-MEC”.

Por su parte, el especialista Carlos Lara dijo: “Proponen doblar al español las cintas producidas en otros idiomas, desconociendo que alterarían la obra y otra serie de derechos conexos. En lugar de fomentar la lectura en las audiencias, buscan dar la obra peladita y en la boca; apostando una vez más a la relajación de los hemisferios más que a su estimulación. Algo propio de la industria del entretenimiento”.

“No podemos estar a favor del respeto de ciertos derechos y hacer excepciones por un factor económico, pasando por alto un tema de interés público: la sociedad tiene el derecho de recibir la obra en la forma original en que fue concebida. El lucro y el crecimiento económico de una industria no puede pasar por encima del interés público establecido en una normatividad orientada a salvaguardar la originalidad, autenticidad y finalidad de las obras artísticas”, finalizó

Según Batres, ahora corresponde al Senado recoger “los puntos de vista de todos los sectores interesados para construir el consenso que el tema merece”.

El Movimiento Colectivo por el Arte y la Cultura de México lanzó un comunicado rechazando las intenciones del senador Batres.

“La exposición de motivos es chata, carece de rigor, contiene fallas en la redacción y no atiende ni responde a la complejidad del tema. Se centra y beneficia solamente a un sector de la industria cultural cinematográfica nacional. No tiene en cuenta las consecuencias negativas para el cine nacional, al no contemplar cuotas, horarios ni tiempos de pantalla, y tampoco número de salas de exhibición o número de pantallas. Todo esto, además de vulnerar los derechos culturales”.

El texto vigente y la iniciativa propuesta

Artículo 8 vigente

“Las películas serán exhibidas al público en su versión original y, en su caso, subtituladas en español, en los términos que establezca el reglamento. Las clasificadas para público infantil y los documentales educativos podrán exhibirse dobladas al español”.

Artículo 8 propuesto

“Las películas serán exhibidas al público en su versión original y, en su caso, subtituladas en español, en los términos que establezca el Reglamento. Las películas cuyo idioma original sea distinto al español deberán contar con una versión doblada que permanecerá en igual número de salas, en cada complejo, y durante el mismo tiempo que la versión en idioma original, respetando los porcentajes del tiempo total de exhibición estipulados en el artículo 19 de esta Ley.

En al menos un horario diario por sala, además, deberá ofrecerse una versión doblada a la lengua indígena predominante en la región. En el caso de las películas cuyo idioma original sea el español, deberá ofrecerse también en al menos un horario por sala una versión doblada a la lengua indígena predominante en la región”.

Fuente: Vicente Gutiérrez / El Economista