Pemex recibe más ayuda del gobierno y el temor de los inversionistas crece

Por: Administración
2021-03-23 15:55:11
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EXPANSIÓN. Desde que el gobierno lanzó un nuevo plan de rescate para Pemex, en febrero, la percepción de riesgo entre los inversionistas que fondean al gobierno en el mercado de deuda tuvo un sobresalto.

A inicios de marzo, la prima de riesgo de los bonos del gobierno con vencimiento a cinco años -medido a través de los Credit Default Swaps (CDR)- subió encima de los 100 puntos, un nivel no visto desde noviembre, luego de conocer que además de reducir la carga fiscal a Pemex, el gobierno amortizará su deuda.

Aunque el nivel queda lejos de los más de 200 puntos que tocaron los CDS hace un año, cuando todos los mercados se sacudieron con el inicio de la pandemia, los inversionistas sumaron a su lista de inquietudes la cantidad de recursos que el gobierno necesitará para reactivar a la petrolera, que carga una una deuda de más de 110,000 millones de dólares, en medio de una recuperación económica que se proyecta lenta.

“Estas constantes ayudas a Pemex y el pago de la deuda sí generan presión”, dice Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de Banco Base. “Este (descuento de riesgo en los bonos) ha sido paulatino viendo que el gobierno federal ha estado apoyado a Pemex de distintas maneras”.

Al inicio de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a rescatar a Pemex. Desde entonces, los alivios fiscales y capitalizaciones para la petrolera se han apilado. El último plan: pagar la deuda de Pemex que asciende a 113,200 millones de dólares para conseguir una reducción de 6,412 millones de dólares y otorgar un alivio fiscal por 3,540 millones de dólares este año

El esfuerzo por darle liquidez a Pemex tiene como objetivo ayudar a los ingresos del gobierno, que en parte dependen de la producción petrolera de la estatal. Para Marco Oviedo, economista en jefe de banco de inversión Barclays para América Latina, las presiones por este rescate no se verían de manera inmediata, ni siquiera en un recorte en la calificación, pero depende del tiempo que el gobierno necesite para pagar la deuda y que Pemex demuestre ser viable.

“Por ahora es una buena medida, va en la dirección correcta”, comenta Oviedo. “Yo creo que (las amortizaciones a la deuda de Pemex por) un año o dos está bien. Hay que ver si ya la empresa empieza a tener flujo de efectivo positivo y genera los balances necesarios para reducir su deuda de manera autónoma”.

Al cierre del 2020, Pemex se mantuvo en números rojos. A pesar de lograr ganancias en los últimos dos trimestres de 2020, las pérdidas acumuladas ascendieron a casi medio billón de pesos (480,966 millones de pesos). Las finanzas de la petrolera fueron exprimidas el año pasado por una menor producción, así como la caída en los precios y la demanda de petróleo en medio de un escenario de desacuerdos, entre los principales productores petroleros, y frenos económicos autoinfligidos por los gobiernos alrededor del mundo para intentar lidiar con la pandemia de la enfermedad COVID-19.

Para este año, el gobierno y la dirección de Pemex apuesta a que las finanzas de la petrolera mejorarán con la reactivación económica, que a su vez impulsará la demanda petrolera, y con la explotación de nuevos yacimientos.

Pero, por lo pronto, la presión se mantendrá para las finanzas públicas. Los analistas de la agencia Moody 's indicaron en un reporte que Pemex permanecerá como el principal contribuidor al incremento de la deuda mexicana.

“Esperamos que la necesidad de ayudar a Pemex más allá de lo presupuestado, un menor dinamismo en la recolección de impuestos comparados con 2020 y una reducción mayor de los “buffers” fiscales llevarán a una mayor déficit fiscal en 2021”.