Ursula Von der Leyen avisa a Hungría que su ley anti-LGTBI es 'una vergüenza'

Por: Administración
2021-06-23 20:15:06
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EUROPA PRESSLa presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó este miércoles como “una vergüenza” la nueva ley tramitada por el Gobierno de Viktor Orban para prohibir charlas sobre homosexualidad en las escuelas en Hungría y avisó que usará “todo el poder de la Comisión” para proteger los derechos fundamentales de los europeos en este país.

“Discrimina claramente a la gente en base a su orientación sexual y va en contra de todos los valores fundamentales de la Unión Europea. No vamos a ceder en estos principios”, aseguró Von der Leyen en una rueda de prensa en Bruselas, al ser preguntada por si sopesa llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de la UE.

Ya en la víspera, la vicepresidenta comunitaria responsable de Justicia, Vera Jourova, avanzó que sus servicios estaban examinando el caso para hallar la “base legal adecuada” con la que armar un expediente sancionador contra Budapest, si bien dijo que este trabajo llevaría tiempo.

“La ley húngara es una vergüenza. He dado instrucciones a mis comisarios responsables para que escriban una carta a las autoridades húngaras expresando nuestras dudas legales antes de que la norma entre en vigor”, detalló este miércoles Von der Leyen.

El Ejecutivo comunitario cree que la reforma -promovida por el Gobierno de Orban y adoptada en el Parlamento con solo un voto en contra- va en contra de “todos los valores fundamentales” que cimentan la Unión Europea, desde la dignidad humana hasta la igualdad y derechos fundamentales.

Por eso la conservadora alemana aseguró que Bruselas “no cederá en estos principios” y se comprometió a “usar todos los poderes de la Comisión” para asegurar que “los derechos de todos los europeos estarán garantizados, sean quienes sean y vivan donde vivan”.

De este modo, la jefa del Ejecutivo comunitario endureció su respuesta a la polémica ley húngara en la que, con el mandato de reforzar la protección del menor frente a delitos de pedofilia, incluye medidas controvertidas como prohibir las charlas sobre homosexualidad en los centros escolares o el veto a la emisión de contenidos que incluyan temática LGTBI en televisión.

La Comisión Europea había sido criticada por su tibieza en las primeras valoraciones de la norma ya que evitó pronunciarse sobre el fondo hasta que concluyera la tramitación parlamentaria y después se limitó a “tomar nota” de su adopción y anunciar que analizaría el detalle antes de decidir los pasos a seguir.

Las alertas desde los colectivos de LGTBI y los mensajes de preocupación de varios estados miembros hicieron a la Comisión pronunciarse de manera más precisa, primero con un mensaje en redes sociales del comisario de Justicia, Didier Reynders, lamentando hace una semana la ley y ya esta semana, con la vicepresidenta Jourova anunciando medidas legales.

En una reunión de ministros de Asuntos Europeos el martes en Luxemburgo, la ministra de Justicia húngara, Judit Varga, tuvo que rendir cuentas ante sus socios en la UE y escuchar intervenciones muy duras de varias delegaciones, entre ellas Bélgica, Luxemburgo o Francia, según informaron a Europa Press distintas fuentes diplomáticas.

Varga reaccionó con un discurso agresivo señalando problemas con el Estado de derecho en otros países, incluidos España y Bélgica, y defendiendo el derecho de Hungría a reivindicar los valores tradicionales y actuar contra la “propaganda e injerencia” de lo que consideró “lobbies sexuales”.

En paralelo al tenso debate sobre los riesgos de la deriva antidemocrática en Hungría, un grupo de catorce países firmaron una declaración promovida por los países del Benelux (Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos) censurando la “discriminación” y “estigmatización” que sufren las personas LGTBI en Hungría y exigiendo a la Comisión Europea que tomara medidas.

España, Alemania, Francia e Irlanda están entre los signatarios a los que se sumó Italia en el último momento pero no Portugal, con el argumento de que la presidencia de turno de la UE debe permanecer neutral.