Trudeau se juega su legado político en las elecciones de Canadá

Por: Administración
2021-09-20 20:04:31
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EL PAÍS. Una nutrida protesta de canadienses antivacunas salió a las calles del centro de Toronto la tarde del sábado para repudiar las medidas sanitarias. “Dejen de temer a la gente sana”, “Tiranía disfrazada de seguridad” y “Covid 1984″ eran algunas de las decenas de pancartas entre una concurrencia compuesta por libertarios, conspiracionistas y nostálgicos de Donald Trump. Todos parecían tener en común un profundo rechazo contra Justin Trudeau, el primer ministro canadiense que llegó al poder hace casi seis años en la cresta de una ola de popularidad y quien se jugará su legado este lunes en un arriesgado cálculo político tras haber convocado elecciones dos años antes del fin de su segundo mandato, iniciado en 2019. Los últimos sondeos no garantizan que el premier salga bien librado pues reflejan un empate técnico entre el Partido Liberal y los rivales del Partido Conservador.

El hospital general de Toronto, uno de los más importantes de Canadá, tenía cerca de sus puertas anuncios en los que se imploraba a los antivacunas no protestar allí, donde estorban el paso de las ambulancias y entorpecen el trabajo de los sanitarios en un país que tiene a la sanidad pública como uno de sus pilares. El grupo mostró cierta virulencia en la campaña arrojando piedras al autobús de Trudeau a principios de septiembre. La pandemia es uno de los telones de fondo rumbo a los comicios en los que están llamados a votar 27 millones de los casi 40 millones de canadienses.  

Una de las mayores dificultades para los canadienses ha sido hallar una narrativa para estos comicios. “Más que un referéndum a la gestión de la pandemia será uno de por qué estamos teniendo una elección otra vez. Habrá muchos juicios contra el señor Trudeau, sobre todo porque convocó a una elección muy temprana cuando aún tenía la posibilidad de llevar adelante las leyes que hubiera querido”, considera Lydia Miljan, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Windsor.

De acuerdo a los más recientes sondeos, los conservadores están en la mejor posición para recibir el voto de castigo contra Trudeau. El candidato opositor, Erin O’Toole, ha hecho una campaña bien valorada por los analistas. Los tories, desplazados del Gobierno en 2015 tras nueve años en el poder, han criticado duramente al primer ministro por lo que consideran un derroche de casi 500 millones de dólares estadounidenses en la organización de los comicios. O’Toole, un abogado de 48 años con experiencia como piloto militar de helicópteros, ha aumentado su atractivo ante el electorado con un viraje al centro y una posición más progresista que la derecha tradicional en temas como cambio climático, los apoyos sociales y el derecho a las mujeres sobre sus cuerpos.

A pesar de que los liberales y conservadores están en un empate técnico, la formación de Trudeau encabeza las proyecciones en el número de asientos en la Cámara baja 150 contra 120, según la Canadian Broadcasting Corporation, la BBC canadiense. El sistema electoral del país –criticado desde hace años- tiene como pilar el triunfo en cada circunscripción y no contempla representación proporcional alguna en la Cámara baja. Trudeau roza un tercer mandato con lo que sería una victoria pírrica. Su objetivo a mediados de agosto, cuando sorprendió con la disolución de la legislatura, era iniciar una campaña que pudiera permitirle gobernar en mayoría, conquistando al menos 170 de las 338 circunscripciones en juego.