DEBATE. Ucrania ejecutó un ataque estratégico contra una planta de investigación y producción en la ciudad rusa de Cheboksary, en la región de Chuvashia, a más de mil 300 kilómetros de la frontera ucraniana. La instalación está vinculada al desarrollo de componentes clave para misiles balísticos y drones utilizados por las fuerzas rusas, incluyendo el sistema Iskander y los drones suicidas Shahed.
El gobernador regional, Oleg Nikolayev, confirmó a través de Telegram que dos drones impactaron el complejo, provocando una suspensión temporal de actividades para salvaguardar al personal. De acuerdo con el Centro Ucraniano para la Lucha contra la Propaganda, esta planta también colabora en la producción de bombas planeadoras y sistemas de navegación para vehículos aéreos no tripulados.
El ataque se produce en el contexto de una nueva oleada de bombardeos rusos contra Ucrania. Tan solo durante la noche del domingo, Rusia lanzó un total de 499 artefactos ofensivos, incluidos cuatro misiles hipersónicos Kinzhal, 14 misiles de crucero y cientos de drones Shahed, según reportes de la Fuerza Aérea ucraniana. De este arsenal, las defensas aéreas lograron derribar o neutralizar 479, en uno de los mayores operativos defensivos desde el inicio de la invasión.
Las autoridades ucranianas reportaron que al menos 277 drones fueron destruidos y otros 183 fueron interferidos electrónicamente. Además, misiles de alto alcance como los Kinzhal, Kh-101, Kh-31P y Kh-35 también fueron interceptados. Solo dos de los tres misiles Kh-22 lanzados desde el mar Negro lograron evadir las defensas.
Pese a la intensidad del ataque ruso, Ucrania también respondió con operativos de largo alcance. Drones ucranianos impactaron el aeródromo militar de Savasleika, en la región rusa de Nizhni Nóvgorod, desde donde despegan aviones MiG-31K armados con misiles Kinzhal. El objetivo fue minar la capacidad aérea de Rusia desde su retaguardia.
Los bombardeos rusos dejaron daños en al menos 10 localidades ucranianas, mientras que en otras 17 se registraron caídas de fragmentos de misiles interceptados. Según fuentes militares de Kiev, uno de los blancos principales de los Kinzhal fue la región de Rivne, al noroeste del país, una zona alejada del frente de combate.
La ofensiva ucraniana contra infraestructuras militares dentro del territorio ruso se ha intensificado en los últimos meses, a medida que Moscú insiste en no detener su campaña bélica. Aunque se han sostenido conversaciones indirectas en Turquía, el Kremlin continúa rechazando llamados a un alto al fuego por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y el gobierno ucraniano.