THE NEW YORK TIMES. Cuando anunció su candidatura a la alcaldía el pasado otoño, el asambleísta Zohran Mamdani era un legislador estatal con un currículum escaso y desconocido para la mayoría de los neoyorquinos.
Meses después, parece estar a punto de convertirse en el candidato del Partido Demócrata a la alcaldía, tras ganar a varios candidatos más conocidos y experimentados que tenían profundas relaciones con los votantes de toda la ciudad de Nueva York.
La campaña de Mamdani se centró intensamente en la difícil situación de los neoyorquinos de clase trabajadora que luchan contra la crisis de asequibilidad de la ciudad de Nueva York, sobre todo los costos desorbitados de la vivienda y el cuidado de los niños.
A continuación, un vistazo a su historial y algunas cosas importantes que hay que saber sobre el muy probable candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York:
Mamdani venció a un titular de cuatro mandatos en unas reñidas primarias de la Asamblea Estatal en 2020. Se unió a un pequeño grupo de legisladores en Albany que formaban parte de la sección neoyorquina de los Socialistas Democráticos de América. Su agenda en Albany era un reflejo de las prioridades de su campaña, pero de los veintitantos proyectos de ley que Mamdani ha presentado en más de cuatro años en Albany, solo se han convertido en ley tres temas relativamente menores.
Durante la campaña, habló ampliamente de un programa para empezar a hacer gratuitos los autobuses urbanos que ayudó a poner en marcha. El programa piloto duró un año y no se renovó. Aun así, sus colegas dijeron que sus ideas habían contribuido a desplazar el centro ideológico de la Asamblea hacia la izquierda.
En Albany, fue uno de los miembros más jóvenes de la Legislatura. De ser elegido alcalde, sería, a sus 34 años, el dirigente más joven de la ciudad desde 1917, cuando John Purroy Mitchel, un reformista conocido como el “Niño Alcalde”, fue elegido y ejerció un mandato. La juventud y la fresca visión de Mamdani atrajeron a una amplia franja de votantes progresistas, incluso mientras sus oponentes se centraban en su relativa falta de experiencia.
Mamdani lleva mucho tiempo criticando al gobierno israelí y el trato que da a los palestinos. En 2023, presentó un proyecto de ley para poner fin a la exención fiscal de las organizaciones benéficas de Nueva York vinculadas a asentamientos israelíes que violan el derecho internacional sobre derechos humanos. Los dirigentes de la Asamblea consideraron que el proyecto de ley no era viable y no llegó a ninguna parte.
Ha criticado duramente las acciones de Israel en Gaza y ha expresado su apoyo al movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones. También ha dicho que cree que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, debería ser detenido.
Pero Mamdani también ha declarado que no hay lugar para el antisemitismo en la ciudad de Nueva York, y ha añadido que, si fuera elegido, aumentaría la financiación para combatir los delitos motivados por el odio. Constantemente ha hecho una distinción entre antisionismo y antisemitismo.
El tema fue polarizante en la contienda, y la tensión se exacerbó en sus últimos días cuando, en un pódcast, Mamdani se negó a condenar la frase “globalizar la intifada” o a decir que le incomodaba. Los palestinos y sus partidarios han calificado la frase de grito de liberación, pero muchos judíos la consideran un llamado a la violencia que invoca los movimientos de resistencia de las décadas de 1980 y 2000.
Si es elegido en otoño, Mamdani sería el primer alcalde musulmán de Nueva York, y su campaña entusiasmó al cerca de un millón de musulmanes de la ciudad. El candidato visitó regularmente mezquitas e hizo de su fe un elemento central de su campaña.
Utilizó uno de sus primeros videos de campaña para hablar de la crisis de asequibilidad de la ciudad, desglosando el creciente costo de una comida de un carrito de comida halal, y más tarde se filmó a sí mismo rompiendo el ayuno del Ramadán en el metro devorando un burrito gigante. Centrarse en su origen también se convirtió para Mamdani en una forma de subrayar la naturaleza multicultural de su coalición y de la ciudad que esperaba gobernar.
“Sabemos que presentarse en público como musulmán es también sacrificar la seguridad que a veces podemos encontrar en las sombras”, dijo Mamdani esta primavera.
Hizo un video en el que saltaba a un gélido océano Atlántico para destacar sus propuestas sobre la congelación del alquiler para millones de neoyorquinos. También realizó decenas de apariciones en pódcast de todo tipo.
La campaña de Mamdani hizo crecer su perfil y su base de recaudación de fondos mediante un sofisticado uso de las redes sociales. Sus videos eran accesibles, honestos y conectaban con millones de personas en Nueva York y más allá. Las publicaciones ayudaron a poner de relieve la marcada brecha generacional entre Mamdani y su principal oponente, el exgobernador Andrew Cuomo, de 67 años, quien dirigió una campaña que parecía en gran medida desprovista de momentos auténticos en los que conectara con los neoyorquinos de a pie.
Días antes de las primarias, Mamdani recorrió Manhattan en una calurosa tarde de verano, haciéndose selfis con los neoyorquinos por el camino.
Parte del éxito de Mamdani se debió a su capacidad para destilar las complejidades de las dificultades económicas de los votantes en soluciones políticas concisas. No rehuyó las grandes ideas y se definió sin complejos como socialista democrático, incluso cuando los demócratas nacionales trataban de adoptar posturas más moderadas en diversos temas.
Y en lugar de enfrascarse en conceptos políticos enrevesados, Mamdani presentó ideas fáciles de entender, aunque sus oponentes las tacharan de ilusorias: se congelarían los alquileres de los departamentos estabilizados. Los autobuses serían gratuitos. Los impuestos a los ricos aumentarían y el costo de las guarderías se reduciría a cero.
La simplicidad de estas ideas oculta la dificultad de llevarlas a cabo. Aun así, resonaron entre los neoyorquinos que ansiaban un político que comprendiera realmente lo que era vivir en apartamentos pequeños y hacer largos viajes al trabajo en metro.