RÉCORD. Estados Unidos alcanzó un nuevo récord histórico en su deuda nacional bruta al rebasar los 37 billones de dólares, según confirmó esta semana el Departamento del Tesoro. El informe, publicado el pasado martes, desglosa que 29.64 billones corresponden a deuda pública y 7.36 billones a deuda intragubernamental, lo que eleva la carga total al 123% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Expertos en política fiscal encendieron las alarmas. “Este nivel de endeudamiento supera el PIB de China y de toda la eurozona en conjunto”, advirtió la Fundación Peterson, y agregó que, como proporción del PIB, “los niveles de deuda de Estados Unidos son comparables a los del final de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de encontrarse en expansión económica y en relativa paz”.
Según analistas, el crecimiento acelerado de la deuda fue impulsado principalmente por la pandemia de covid-19, cuando el gobierno federal recurrió al endeudamiento masivo para evitar un colapso económico. La proyección inicial de la Oficina de Presupuesto del Congreso en 2020 estimaba que la deuda alcanzaría esta cifra después del año fiscal 2030, pero el impacto de la crisis sanitaria adelantó el reloj financiero.
Las decisiones presupuestales también han jugado un papel clave. La ley de presupuesto impulsada por Donald Trump, que contempla recortes fiscales y mayores gastos, añadirá 4.1 billones de dólares a la deuda nacional durante la próxima década, según la misma Oficina.
Para Michael Peterson, presidente de la Fundación Peter G. Peterson, el ritmo del endeudamiento es preocupante. “Está creciendo dos veces más rápido que la tasa promedio de los últimos 25 años. Esto ejerce presión sobre las tasas de interés, añade costos para todos y reduce la inversión del sector privado”, explicó.
La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EU detalló que los impactos serán notorios para los ciudadanos:
La creciente deuda también podría comprometer las prioridades internas del país. “Dentro del presupuesto federal, la deuda desplaza prioridades importantes y crea un ciclo perjudicial de más endeudamiento, más costos por intereses y aún más pasivos”, concluyó Peterson.
La pregunta sigue en el aire: ¿cuánto más puede resistir la economía más poderosa del mundo antes de enfrentar consecuencias reales?