EL SOL DE TAMPICO. Las intensas lluvias registradas en junio pasado despertaron grandes expectativas entre los agricultores de Altamira, quienes no vivían un temporal tan benéfico desde hace casi una década.
Las precipitaciones, que en algunos puntos alcanzaron hasta 25 pulgadas, generaron la humedad necesaria para garantizar la siembra de soya en el ciclo Primavera-Verano 2025, con proyecciones de cosecha no vistas en años recientes.
De acuerdo con estadísticas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), durante junio la región sur de Tamaulipas acumuló entre 300 y 500 milímetros de lluvia derivado de la tormenta tropical Barry, que tocó tierra en el municipio de Tampico Alto, en la zona norte de Veracruz.
Las bandas nubosas generaron lluvias copiosas en los municipios de González y Ciudad Mante que aportaron abundantes escurrimientos hacia la cuenca baja del río Guayalejo y zonas agrícolas de Altamira.
“Este 2025 ha llovido más que en años recientes, no teníamos un temporal así desde junio de 2016. Pensamos que sería un año muy difícil para el campo, pero gracias a Dios llegó la lluvia en la segunda quincena de junio y con el paso de la tormenta Barry tuvimos agua suficiente”, expresó Carmelo García González, agricultor del ejido Lázaro Cárdenas.
Carmelo García González, productor agrícola en el ejido Lázaro Cárdenas, informa que las lluvias de la segunda semana de junio permitieron cosechar la soya / Miguel Díaz
Para la siembra de soya, una oleaginosa de gran valor en los mercados nacional e internacional, se requieren al menos 12 pulgadas de humedad en el subsuelo. Este año, los productores alcanzaron 25 pulgadas, más del doble de lo necesario.
“Se pasó de mojada la tierra, y eso nos dio un panorama muy alentador. No veíamos algo así desde hace muchos años en el sur de Tamaulipas”, agregó García González.
Sin embargo, la excesiva humedad obligó a los productores a esperar varias semanas para poder sembrar, pues la semilla habría corrido riesgo de ahogarse. Fue hasta finales de julio cuando las tierras comenzaron a secarse, lo que permitió iniciar los trabajos de siembra.
Antes de junio, los campesinos apenas estimaban cubrir 20 mil hectáreas con soya. Hoy, gracias al temporal, el cálculo prácticamente se duplicó.
“Afortunadamente rebasamos los niveles de humedad. La siembra normalmente debe concluir el 30 de junio, pero se prolongó un mes más debido a lo mojada que estaba la tierra. Confiamos en que la planta alcance un buen desarrollo y logre producir la vaina que contiene el grano”, declaró José Enríquez Reyes, dirigente del Comité Municipal Campesino.
Sembrar una hectárea de soya representa una inversión de entre seis y ocho mil pesos, que incluye preparación de tierra, compra de semilla y fertilizantes. El rendimiento esperado por hectárea va de dos a cuatro toneladas de soya, dependiendo de las condiciones de humedad y sol.
“Si inviertes, esperas que la cosecha responda. Este año tenemos humedad suficiente y creemos que nos irá mejor que en años anteriores. No recibimos subsidios, pero confiamos en obtener una buena ganancia”, destacó García González.
Los productores esperan que en septiembre y octubre se registren lluvias adicionales que garanticen el buen desarrollo de la planta. La cosecha está prevista para noviembre, con la expectativa de que la derrama económica beneficie no solo a los agricultores, sino también a prestadores de servicios, bodegas de acopio y a toda la economía regional.
Con base en un informe de Conagua, junio de 2025 se posiciona como el mes más lluvioso desde 1941, con una precipitación acumulada nacional de 155.5 mm, representando un superávit de 55.7 mm respecto a la media de 99.8 mm del periodo 1991-2020.
Hasta ahora, 2024 ocupaba el primer lugar como el año más lluvioso, pero con estas cifras pasó al segundo sitio; 1981 se ubica en tercero. Esperemos que 2025 sea uno de los mejores años para el sector agrícola del sur de Tamaulipas.