ELEFANTE BLANCO. El “Nort Supreme” navegaba a más de 800 kilómetros de distancia para llegar a Tampico cargado de gasolinas y diésel ilegal. Desde la terminal marítima de Greens Port en Houston, Texas hasta las instalaciones de la terminal portuaria de Tampico, el Nort Suprem recorrió en al menos cuatro ocasiones el mismo camino. En total ingresó una carga aproximada de 18 millones de litros de huachicol fiscal.
Una investigación de El País, reveló la modalidad con la que operaba el sistema de operaciones de la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA) de Tampico. La cual entreteje desde empleados de seguridad hasta funcionarios y directivos.
El Nort Supreme no fue el único buque que participó en el traslado de combustible ilegal, el Seaways Jeju y MTM Hamburg también salían desde Texas con destino a Tampico o Altamira, donde reportaban la carga como aditivos. Documentando la mercancía con la clave: 38112107, correspondiente a cargas de aditivos para aceites lubricantes a granel, las cuales no declaran impuestos.
Entre 2023 a 2024, se registraron 69 operaciones de contrabando de combustible en al menos 65 ocasiones, la exportadora fue la empresa Ikon Midstream LLC, compañía de productos derivados del petróleo en Houston, Texas.
Las empresas mexicanas: B-Match S.A. de C.V; Intanza S.A. de C.V. y Altamaritima S.A. de C.V. proporcionaban las relaciones con socios y coordinaban el arribo de la mercancía.
El contrabando de combustible introdujo más de 564 millones de litros de huachicol fiscal al país, lo que se traduce en ganancias superiores a los tres mil millones de pesos, lo equivalente a 150 millones de dólares.
Cuatro aduanas de México, entre las que destacan las terminales marítimas de Tampico y Altamira, permitían el ingreso de los buques. Los departamentos de logística, contabilidad, informática, operación aduanera y empleados de seguridad forman parte de la red de huachicol fiscal.
De acuerdo con el reportaje publicado por El País, un verificador de aduana con más de una década de experiencia citado en dicho trabajo de investigación, detalló la operación que se entrelazaban entre las distintas áreas de las terminales portuarias.
“Los barcos llegan al puerto ya arreglados, cuando se sabía que la carga era irregular, los verificadores aduanales debían disimular que todo estaba en orden”, declaró.